2024 02 28 Un momento del desarrollo del taller2024 02 28 Un momento del desarrollo del taller

  • Esta actividad aumenta el tono muscular y fortalece las articulaciones para soportar el aumento de peso que se produce; aumenta el control del suelo pélvico para facilitar el parto y disminuir el riesgo de desgarros, incontinencia o prolapsos vaginales; reduce el estrés y la ansiedad; y realizarla en grupo fomenta las relaciones sociales y mejora el ánimo
  • Las participantes pudieron conocer las mejores posturas adaptadas a su situación para eliminar tensiones y prevenir dolores, así como aprender a mejorar su respiración y proceso de relajación
  • Su realización ha de estar siempre adaptada a las circunstancias de cada mujer, su frecuencia y duración dependen de la condición física de la gestante, y no se recomienda antes de la semana 12 de embarazo si no se ha realizado antes o no se ha practicado deporte de forma habitual antes del embarazo

El embarazo es una etapa en la que toman mayor relevancia los hábitos de vida saludables de la futura madre para su bienestar y el del bebé, motivo por el cual, además de la alimentación, la actividad física es fundamental para su cuidado.

"Durante estos meses, el cuerpo experimenta continuos cambios físicos y psicológicos, y la práctica de yoga, de manera moderada y adaptada en cada caso, tiene grandes beneficios que ayudan a mitigar o mejorar las condiciones físicas y mentales de la embarazada", señala Marta Vaquero, técnico de Enfermería en el Hospital Universitario General de Villalba -hospital público de la Comunidad de Madrid-, y coordinadora del taller que ha organizado el centro, dirigido a mujeres gestantes, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de mantenerse activas durante este período.

En relación con la frecuencia y duración con la que practicar esta actividad, ambos parámetros dependen de la condición física de la mujer, aunque por lo general se aconseja realizarla dos o tres veces por semana, añade la experta, quien advierte que "no se recomienda practicar antes de la semana 12 de gestación si no se ha realizado antes este tipo de ejercicio o no se ha practicado deporte de forma habitual antes del embarazo".

Con esta iniciativa "queremos ayudar a las mujeres embarazadas a que encuentren el equilibrio entre cuerpo y mente mediante la escucha de su cuerpo y la conexión con el bebé, que aprendan a fluir con sus movimientos de cara al parto, que compartan su momento vital con otras participantes y, sobre todo, que disfruten de esta experiencia y sean conscientes del momento presente", asegura Vaquero.

Por ello, durante la sesión enseñó a las participantes a mejorar su respiración y proceso de relajación, así como las posturas más adecuadas en su caso con ciertas adaptaciones. Además, puso de relieve los numerosos beneficios de su práctica, como son la mejora de la postura corporal, la eliminación de tensiones y la prevención de dolores. "En general -explica- la práctica de yoga aumenta el tono muscular y fortalece las articulaciones para soportar el aumento de peso que se produce; permite un mayor control del suelo pélvico para facilitar el parto y disminuir el riesgo de desgarros, incontinencia o prolapsos vaginales; y reduce el estrés y la ansiedad. A su vez, realizarlo en grupo fomenta las relaciones sociales y mejora el ánimo".

Por otro lado, después del nacimiento del bebé, el yoga también ayuda notablemente en la recuperación del cuerpo durante el postparto en un menor tiempo: "Retomar esta actividad a partir de la quinta o sexta semana, en caso de que no haya contraindicación médica, ayuda a tonificar de nuevo los músculos y recuperar más pronto la pared abdominal, fortaleciendo la musculatura perianal, reduciendo el estrés y favoreciendo la pérdida de peso", concluye Vaquero.