La hipertensión arterial es causa y consecuencia del desarrollo no sólo de insuficiencia renal, sino de patologías cardiovasculares tipo infarto de miocardio, insuficiencia y arritmias cardiacas, accidentes cerebrovasculares o rotura de aneurismas, cosa que agrava la arteriosclerosis e induce a una gran morbimortalidad. El diagnostico precoz es prioritario para valorar las causas desencadenantes potencialmente tratables, la afectación de órganos diana y un correcto tratamiento. En general las guías más recientes, recomiendan mantener unos niveles de tensión sistólica y diastólica por debajo de 140/90mmHg para todos los grupos de edad, siendo más permisivas en 150/90mmHg para personas mayores de 60 años. Como miembro de la Sociedad Española de Nefrología, quiero recordar que los nefrólogos somos los especialistas más habituados a la prevención, diagnóstico y tratamiento de la HTA.

Desde las consultas de Nefrología estamos especialmente sensibilizados, no sólo en el manejo de la Hipertensión Arterial, sino también en la valoración global del RIESGO CARDIOVASCULAR. El objetivo es ofrecer al paciente un tratamiento y seguimiento individualizados.