INGREDIENTES

  • 700 g. de carne de pierna de cordero deshuesada y picada a máquina (ojalá de racial, jurásico y sabroso cordero merino, extremeño o andaluz) niño-delantal
  • 2 huevos
  • 3 cucharadas colmadas de pan rallado
  • 3 cucharadas de salsa de soja
  • 3 cucharadas colmadas de perejil picado
  • 3 cucharadas de salsa barbacoa
  • 1 chorrito de aceite de sésamo
  • Unos granitos de sal (considera que a la salsa de soja siempre le sobra)
  • Aceite de oliva

¿SABÍAS QUE...

  • A veces los padres nos olvidamos de haceros platos con cordero, y nos equivocamos. Porque el cordero tiene todas las virtudes de las carnes rojas (viva sus proteínas de alto valor biológico, viva su hierro útil, viva sus vitaminas del grupo B), pero un sabor muy distinto de la ternera. A mí me chifla.
  • Decir sésamo es decir grasa buena, vitaminas A y E, minerales. Está muy rico en aceite, o en crudo. Merece la pena que lo pruebes.
  • En la cocina se aprovecha todo. Y el pan no iba a ser menos. Así que, si tienes un poco de pan duro: coge un rallador, una picadora o lo que más rabia te dé, y fabrica un poco de crujiente, garboso, simpático pan rallado.
  • El perejil tiene muchas y variadas virtudes nutricionales. Pero, más allá de eso, le da una alegría a los platos que no se puede aguantar. Su color verde, sus formas amables, su tamaño discreto son un buen acompañante para cualquier plato. Utilízalo, y me darás la razón.

ELABORACIÓN

  1. Lava a conciencia tus manitas, contaminadas por el teléfono y la consola, y, en amplio recipiente, amasa como si jugaras con maleable plastilina, la sonrosada carne y el resto de los ingredientes. Los huevos, si prefieres, los bates un poquito antes de incorporarlos.
  2. En una sartén impregnada de aceite, fríes y pruebas una pequeña porción del amasado, por si tuvieras que corregir el punto.
  3. ¿Perfecto, como sospecho? Pues adelante. Ya sólo tienes que formar las hamburguesas (de no más de un par de centímetros de grosor), que deben ser algo más pequeñas que una plaza de toros. Lo ideal son tres por ración.
  4. Como guarnición, nada mejor ni más adelgazante que las tentadoras, doraditas, socorridas, patatas fritas. Eso sí, patatas nuevas, ojalá del paisaje de Rosalía, y fritas en excelente aceite de oliva (¿hay otros?). Otras buenas alternativas son las verduras a la plancha o, incluso, una pasta al dente bien salteada.
  5. Otro día, compi, te contaré cómo perpetrar la mejor salsa barbacoa o un sublime kétchup casero. Pero, como tendrás el híper cerca de casa, y a mí se me va a quemar algo, pilla lo suelto, las llaves y sal corriendo, primo.