INGREDIENTES

  • 200 g. de quínoa Niño pelirrojo
  • 200 g. de queso de Arzúa
  • 2 cebolletas con su verde coleta incluida
  • 2 dientes de ajo
  • 120 g. de jamón ibérico (o 200 de jamón de York en su defecto)
  • 1/4 de litro de atejada, casera y deliciosa salsa de tomate
  • Sal gorda
  • Aceite de oliva

¿SABÍAS QUE...

  • Las cebolletas tienen un montón de agua: hasta un 90% de su peso es líquido. Además, como buena hortaliza, contienen fibra a tutiplén, minerales (potasio, magnesio, fósforo) y vitaminas del grupo B. Pochada, como dice la receta, sabe dulce. ¡Atrévete a degustarla!
  • Si vas a tener un hermanito, dile a tu madre una cosa que le interesará: el queso aporta bastante ácido fólico. Y esta vitamina ayuda a que se forme bien la columna vertebral de los bebés.
  • El jamón ibérico bien merece una estatua. Sus omega-3, su zinc, sus proteínas de alto valor biológico así lo justifican, más que de sobra.
  • Preparar salsa de toma es muy divertido, eso lo sabe todo el mundo. Pero, ¿sabías que al cocinar el tomate se concentra una sustancia llamada "licopeno"? El licopeno es una molécula antoxidante que le pone tiritas microscópicas a las células del cuerpo humano.

ELABORACIÓN

  1. Cuece el cereal andino, siempre algo menos de tiempo que el indicado por el fabricante y, bien escurrido, resérvalo (con su caldo, unos piñones machacados, un huevo duro picadito, un atardecer de azafrán, una lluvia de perejil y tres cucharadas de tomate puedes perpetrar una excelente sopa).
  2. En sartén de teflón, o parecido recipiente de acero inoxidable, procede a pochar (suena mal pero define bien), en poquito aceite, el ajo muy picadito y la tierna cebolleta, cortada un poco más gruesa. Cuando las verduras hayan perdido su vergüenza, añade el jamón (ojalá de genuino cerdo ibérico, o de tu guarro de cabecera, qué le vamos a hacer. Nada he de objetar si lo suple el aséptico York o su pariente gallego, el lacón). Incorpora la quínoa y remueve a fuego manso durante escasos minutos. Finalmente, añade el cremoso y cítrico queso de Arzúa y, sin dejar de remover, apártalo del fuego.
  3. En platos hondos expande la salsa de tomate caliente y sobre ésta, sirviéndote de un molde, como si jugaras a los playeros castillos, monta en el centro de cada plato una torre vigía sobre la que ondee una bandera de perejil.